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Mostrando las entradas de febrero, 2021

Continuación cadáver exquisito FEIPOLL 2021

Traigo amargo un destino de saberte a mi lado ansío, crecimiento de amarga pena perderte allende las estrellas. Más tomo esto como moraleja: para aliviarme versos escribo, venzo obstáculos y desafíos, pues amor no tendrás como el mío                y yo de ti ya pronto me olvido...

Tu melena

  Tu cabello resbala sobre mi encogida espalda,,, erizas mi gemido,,, me tocas el subconsciente y encuentras los laberintos de mi alma,,, inundados de cielos de agua y mares de arena, con escalonadas dunas... Peinas cada rincón, cada filo de mis habitaciones, inclusive de mis pasillos escondidos y mis habitaciones secretas. Sutilmente los acaricias como lo haces con tu selvática melena, despacio, suave, lento y regolaje... Aunque en ello encuentres un reto, al igual que cuando pasas el peine sobre tus cabellos y descubres un encaprichado nudo, no te causa coraje... Peina, peina y vuelve a peinar mi alma con tus suaves versos,,, que mi alma estalla con sedocidad,,, y no quiero más que volverte a besar... hasta volverme a despeinar...

Invierno II (a Leticia y Nerea)

Pasó el otoño y he cambiado de estilo: ahora escucho discos de vinilo, deseché algunos de mis vicios, como sano y hago ejercicio.   Calles llenas de buganvilias aviones que surcan los cielos paseamos debajo con Leticia, que me acompaña en el duelo.   No extraño mi patria ni el verano, Tan solo mis mascotas y la higuera han pasado ya casi dos años desde que vi por último a Nerea.   No hallo aún empleo ni consuelo quienes creí eran mis fieles amigos tan solo nos vieron alzar vuelo con rumbo puesto al invierno.   Las palabras se las lleva el viento, No emito quejidos por mi pasado Ni tampoco es esto un lamento Racconto de cómo te he amado Y de que la llevo en mis recuerdos…

Desengaño

Conocerte había sido lo mejor que me había pasado en la vida; tu inmenso cariño y dulces versos habían sanado todas mis heridas. Sin embargo tu duda, -reflejo de tu desidia-, fue la gota que colmó el vaso y decidí calmar mi agonía. Caíste del pedestal en el que tan alto te tenía, lloré amargamente en el lecho donde te amé con porfía. Haber disfrutado del cielo, el que toqué en tu compañía: volar tan alto como pude y ser objeto de envidia Por parte de mis pares, y también la comidilla de quienes desearon lo peor por si algún día sucedía: Que dejaras de amarme como nunca nadie había, que llegaras a abandonarme y perderte en la lejanía olvidaras mis esfuerzos y te convirtieras en pesadilla, la más terrible de todas, por lo que juré me vengaría, derrotando mis temores, armándome de valía, desgarrándome el pecho cual una bala perdida. Hoy lloras junto a mis restos pensando qué fue de la cima donde me llevaron tus besos y me alojaron un ya lejano día...

Eloí, Eloí, Lamá Sabactani (colaboración)

Infausto aquel momento que guardaba en su retina trajinar acongojado, lento, camino hacia la colina… Una bolsa entre sus harapos huyendo de sus pesares traía consigo el desgraciado, peso muerto en sus andares. Tormenta separó la tierra del enfurecido cielo, una paloma alzó vuelo rumbo a la vida eterna. Entre el gentío singular, tres veces cantó el gallo y escondiose el truhán, como si lo partiera un rayo. Un beso dado en la mejilla, antorchas ardían en el jardín. Fue tierno, mas no lo amaba: el judío sabía qué le esperaba. Los soldados la verían, -era la señal indicada- para poderle distinguir; su corazón dejaría de latir. Oyó una carcajada -creció dentro su temor- ¡él era el gran traidor! caía el agua en cascada. Dos clavos y un madero gemidos tenues, un lamento: allí exhaló el Nazareno exánime, su último aliento. Treinta denarios el botín por haberlo traicionado, ya estaba siendo juzgado castigo merecido, sin fin…

Invierno

Has llegado a nuestras tierras donde tanto ricos como pobres se meten muy temprano al sobre y así escapan de la pandemia. Ya los árboles sin hojas y las playas sin gentíos, hay quien extraña el estío y anda en la cuerda floja. Siempre recuerdo el cuento de la hormiga y la cigarra -nunca lo tomé para la farra- y ando siempre contento. Adoro esta fría temporada que se presta para dormir cubro nariz y boca al salir aunque salgo poco y nada. Uso gorra y también guantes ¡Está muy frío! ¡Qué diantres! Aunque mi abuelo decía que fríos eran los de antes. Creo que Morfeo me llama mientras mi musa ronca, -cosa que me da bronca- ¡daré otra vuelta en la cama! Que no por mucho madrugar o por mucho que el gallo cante ni rebuzne el burro en el pajar, sea probable que amanezca antes...

Ando por la vida (a Leticia)

  ANDO POR LA VIDA Y uno se va de novio con la vida desterrando una muerte solitaria, pues sabe, que a la vuelta de la esquina, hay gente que es así, tan necesaria. - Hamlet Lima Quintana- "Gente necesaria" Ando por la vida contento, imaginando que nadie ha muerto, que los pozos aún están llenos y las palabras ahogan allí el silencio. Ando por la vida suelto, con paso cansino, lento, veo paisajes ya desiertos ya casi todo se llevó el viento.. Ando por la vida huyendo, escapando de paisajes yermos, buscando alegría y reinos donde solo haya conciertos. Ando por la vida sonriendo mirando toda clase de amuletos, para seguir sobreviviendo a pesar de tanto sufrimiento. Ando por la vida atento, contando los días por cientos, disfrutando de mi encierro a pesar del frío invierno. Ando por la vida impertérrito, tarareando me las ingenio para componer sonetos hasta quedar sin aliento. Ando por la vida y aprendo a mirar tus ojos, tiernos, a disfru

Te dejaré partir (a Leticia)

Cuando ya no tenga hálito, cuando regrese cabizbajo luego de un viaje eterno, te dejaré partir. Cuando ya no tenga recuerdos, cuando no haya luz en el cielo, cuando ya no gire el segundero, te dejaré partir. Cuando todo sea un lamento, cuando creas que lo nuestro se asemeja al peor infierno, te dejaré partir. Pero mientras tenga tus besos, mientras compartas mi lecho, mientras seas mi Universo y me ames como en un cuento, Mientras tenga mi anillo puesto, -ese que fui a buscar a México-, que si no estuviera en mi mano sería porque me falte el dedo, Mientras seas parte del día y por la noches frías me acojas en tu cálido seno y te apoyes en mi plexo, Acuñaré palabras nuevas para expresar mis sentimientos, le pondré tu nombre a mis sueños y te escribiré nuevos versos...

La luz que me alumbra (a Leticia)

Dicen que a lo bueno muy rápido te acostumbras, te he visto en mis sueños: caminabas en penumbras. Volé para conocernos, ahora ya no hay duda: puse todo mi empeño la realidad era muy dura. Encontrar nuestros vuelos en Tenochtitlán, a la una de un jueves, fue eterno, el amor nuestro, sin mesura. Hoy nuestras vidas se juntan, nos casamos en otoño en un mar de espuma acabose mi insomnio eres mi sol y mi luna. Eres la nube que me da sombra la energía que nunca se esfuma; el ocaso que se asoma, el amanecer que me inunda. Serás vergel en las dunas, y la tinta de mi pluma: te escribiré versos y a toda hora serás la luz que me alumbra...  

A mi mejor amigo

Sé que te fuiste con frío, eras más que un regalo, eras mi mejor abrigo, no sabes cuánto extraño a diario tus ladridos… Soportaste la pobreza extrema también el desamor mío, aún me duelen tantas penas, no las sufrirás conmigo… Me acompañaste diez años, desde que eras un crío, cuidaste la casa a diario te pagaba con un poco de cariño. A veces me viste enfurecido, otras veces estaba yo huraño pero nunca te diste por vencido: traías como yo, el corazón partido. De tus seres queridos te arrancaron cuando aún eras un cachorro, eras mi más preciado tesoro eras mi más fiel amigo… Hoy he visto tu sepulcro te he imaginado aquí, conmigo. Será que estamos en otoño, tal vez que nunca te olvido. Extraño tu pelo suave extraño tus gemidos tus orejas grandes y bañarte en el estío. Extraño pasear a tu lado que te alaben mis vecinos, ahora yaces guardado en mis más profundos suspiros...

El tren

Sabía que el tren iba a pasar. Lo hacía cada día, a la misma hora. El progreso era implacable. Desde que Richard Trevithick había inventado el tren en 1802, hacía algunas décadas, el mundo había entrado en una vorágine imparable. Y el pueblo en el que vivía no era la excepción. Por eso le habían elegido sheriff, y su trabajo lo había llevado a esa situación. Ahora no podía escapar. Debía afrontar las consecuencias de sus decisiones. Algunas buenas, y otras desacertadas. Como intentar evitar él solo el atraco al banco local. Los asaltantes eran muchos y despiadados. Pero él era la Ley en el lugar y su labor era repeler todo intento de quebrantarla. Y así lo hizo. O al menos lo intentó. Y por eso ahora se encontraba en este aprieto. De lejos oyó el sonido de la locomotora, y el pitido que el maquinista usaba para avisar que el arribo era inminente. Al principio hubo rechazo hacia el tren, pero luego la aceptación fue universal. La máquina de vapor, motor inicial de la Revolución Industri

El safari

Habían caminado todo el día bajo un sol abrasador. Tenían sed y estaban famélicos. No podían descansar, no muy lejos les esperaban sus familiares. Los mosquitos y el denso follaje hacían el sitio casi impenetrable. Pero su tezón también era conocida. Podían pasar el día entero persiguiendo el rastro de su presa. Y la olían. Eran maestros en el arte de cazar. Y lo hacían de manera sobrecogedora, siempre guardando alguna pieza como trofeo. De uno la cabeza, de otro un hueso, la piel e incluso dientes, con los cuales llegaban a hacer collares, utilizados como amuletos. Esta vez estaban cerca de una presa que les permitiría subsistir varios días. Lo percibían en el aire. Era enorme. Dejaba rastros inconfundibles, y el olor que emanaba de ella era un aliciente para su empeño. Y debían sobrevivir. Esa era la consigna, no podían desperdiciar la oportunidad. Cualquiera fuese el animal que lograran cazar, les permitiría subsistir hasta el siguiente, y así desde que el mundo era mundo. Sus antep

El reloj

Todo encajaba, pareciera como si cada diente de los engranajes supiera cuál era su función. El reloj había marcado las 12 horas y el sol estaba en su cenit, los niños salían de la escuela cargando sus mochilas llenas de útiles escolares, con sus sueños hechos de colores, como un caleidoscopio. Sus padres les tomaban de la mano, mientras los críos les contaban sus andanzas, logros y sueños para cuando fueran mayores de edad. El policía lo vio, pero no le dio importancia. Como cada día, hacía su ronda por el barrio, vistiendo su uniforme y llevando el arma de reglamento colgada a la cintura, pero lo que más respeto infundía era su bastón, el cual llevaba colgando de su mano y hacía oscilar hacia un lado y otro, cual si fuera el péndulo de un reloj antiguo. Parecía que el mundo se hubiera detenido en ese instante. Las sombras de los árboles no aparecían sobre el piso, pues en el ecuador el sol no las proyecta a esa hora. Algo no le pareció normal al agente, que creyó reconocer la cara del

Presente y futuro (a Leticia)

Al cabo de casi una vida comienzo a mirarme en el espejo, el cual me dice que aunque a veces pierda el hilo, aún no estoy tan viejo. También a la espesura del bosque algunas veces me la tapa un árbol, tal vez sea el almendro que planté para posar en él mis pupilas el día en que me faltes, El tiempo parece una paleta de colores algunos días han sido grises y otros tal vez supieran amargos, pero para mi los más bellos son los que he pasado a tu lado. Sentí toda la dulzura de tus labios, cual terrón de azúcar, mojados, -besos con los ojos entrecerrados- cuando al fin hemos congeniado. Sé que mi vida sería como un libro con todas sus páginas en blanco si en algún momento fatídico me faltaran tus cálidos abrazos. Tal vez las espigas reflejen sabiduría al mecerse con el viento para uno y otro lado, ojalá yo aprendiese de ellas, y supiera cuándo estoy equivocado, para poder disfrutar contigo presente y futuro, y olvidar por completo el pasado... (cumple con el reto

La muerte para mi (a Leticia)

Dicen que la muerte es como un gran trueno, que nos ronda a todos, que no anda muy lejos. Dicen que la muerte derrota a los caballeros, que les quita la gloria y se queda con el yelmo. Dicen que la muerte anida en los cementerios, donde al final a cada uno le harán compañía sus deudos. Dicen que la muerte es un paisaje soberbio, cuna de algunos dioses y parte del infierno. Dicen que la muerte es afín a los versos, pero amar y decir “te quiero” para mi es lo más bello. La muerte para mi es un puente estrecho, por eso ámame ahora y no me faltes cuando viejo. La muerte para mi es como uno de tus besos que me muestran el amor, y parte del Universo. La muerte para mi es poner a la dicha un precio, es pelear sin razón y en mi actitud ser un necio. La muerte para mi es lo que me oprime el pecho cuando nazco y muero contigo cada noche en el lecho. La muerte para mi...

Castillo de arena (a Leticia)

Con arena levanté un castillo, contemplé ocasos y auroras desde sus ventanas, vi las olas, que siempre fueron un martirio. De él hoy solo quedan vestigios, entre ellos un pez martillo y un enorme cangrejo seco, que aún guardo en el altillo. El pasado es una boa constrictor, que me atrapa durante el sueño, y cual ola me levanta del suelo provocando mareos y delirios. Recuerdos vagos de eclipses, veranos, lunas y solsticios; las tardes que no eran tristes la gente, el mar y el bullicio. Cuando jugaba a ser pirata, corsario, bucanero o vikingo, buscando estrellas de mar, disfrutando de los días tibios. Hoy los días soy muy fríos cultivo rosas y algunos lirios, mi pasión son las plantas, sembré maíz, sorgo y trigo. Pero lo que más añoro, cariño, es yacer a tu lado, vencido, haber soportado temblores, ciclones y algún cataclismo, Pues soy rey, señor y un niño, poeta y loco: río de mi mismo, no me asusta ningún sismo, pues haces de mi un mortal, de todos, el

La eternidad en un suspiro (a Leticia)

Debo estar diciendo esto con un suspiro De aquí a la eternidad: Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo, Yo tomé el menos transitado, Y eso hizo toda la diferencia. “El camino no elegido” - Robert Frost Busqué ser diferente, puse todo mi empeño, me pareció un sueño que nublaba mi mente. El árbol no me impidió ver el tupido bosque, hubo quien se olvidó que existen días y noches. Contuve mis emociones leí toda clase de libros, viajé por todos los siglos mientras aprendí canciones. Estudié ciencias y arte, lenguas y matemáticas, no supe la razón exacta ¡hasta creí ser de Marte! No busqué inmortalidad ni acumulé grandes riquezas, tal vez sea algo de vanidad, vivo con lo puesto y algo más. Los avatares del destino, unidos a la experiencia, autocrítica y resiliencia te pusieron en mi camino. Niego un propósito divino, “cogito ergo sum” la frase, ahora sé por qué existimos: mi único propósito es amarte...

Año bisiesto

Ya formas parte ¡del pasado, claro! Te hice un altar junto a mis ancestros, Prometo llevarte flores, -al cementerio, nada menos-, el último día de febrero de cada año bisiesto. Ya formas parte de mis oraciones, -esas que nunca rezo-, tus palabras hirientes no llegan a mi pecho. Ya formas parte de mis planes, -los inconclusos- ya no estoy bajo tu égida ni recibo tus mendrugos. Ya formas parte de mis lienzos, -esos que nunca pinté-, aunque me parecieras una Madonna genuina, me gusta más Monet. Ya formas parte de mis versos, -esos que ahora escribo- cuando fumo, bebo y me siento aburrido. Ya formas parte de algo inmenso, -el olvido, eterno-, a medida que pasó el tiempo te fui conociendo. Ya formas parte...

Sueños estigios (a Leticia)

Me tatué tu nombre en medio de la espalda, les di alas a mis sueños y volé por las madrugadas. Esa inmensa fuerza que la noche me daba, la troqué por viajes a tierras lejanas. Visité monasterios playas y castillos, paseé por cementerios, crucé los océanos y ya no fui tan rígido. Mis pasos fueron largos y audaces, enfrenté mis miedos y callé algunas frases. Pisé huellas ajenas, respiré muy hondo y rechacé mi condena: viajé acompañado. Maldije los dioses estigios, sorteé cada escollo, salté precipicios, tuve glorias y derrotas, Surqué los siete mares, paseé por tierras remotas, amanecí con la frente perlada, llena de gotas de sudor, Reí y también lloré, pero sobre todo, te amé, y cuando me equivoqué te supliqué perdón...

Despedida (una historia con dos caras)

Al rayar el alba partí, miró por la ventana, a tomar un taxi corrí, se quitó el salto de cama. Llegué al aeropuerto, le supo a melancolía, puse rumbo a mi otra vida. miró mi lado del lecho. Mi teléfono sonó una vez, supo que yo le contestaría, creo que llegó a conocerme, bebió un sorbo de su jugo. Aguardé unos instantes, dejó la colilla en el cenicero, le dije: “aguardo el vuelo”, respondió: “llegué a amarte”. El avión me pareció gigante, “lo nuestro será como antes”, no supe si debía responderle, “esta llama no va a apagarse”. Sentí sus gemidos, el altoparlante, “Amor, sincero como el nuestro...” tomé mi maleta y el pasaporte, “...te seguiré a cualquier parte”. Les sonreí al piloto y la azafata, “deja que algún día vaya a visitarte...” me senté del lado de la ventana “permíteme tan solo ser tu amante...”. Fijé la mirada en cualquier parte, su voz se tornó casi un lamento, posé el teléfono sobre el asiento, el avión voló rumbo al firmamento...

Amé (a Leticia)

Amé la poesía, amé tu silencio amé tu sonrisa y cada uno de tus besos. Amé tu sombra amé tu cuerpo amé tus caricias y cada uno de tus dedos. Amé tus versos amé tu genio amé tus palabras y me convertí en tu siervo. Amé tu tristeza amé tus gestos amé sin prisa y a tu lado se detuvo el tiempo. Amé tu gracia amé tus cabellos amé tus ojos y también sus destellos. Amé el verano amé el invierno amé estar a tu lado aunque fuera en el infierno. Amé tus bromas amé tu ternura amé tu sombra y disfruté nuestras locuras. Amé tu patria amé tus platillos amé tu historia y te convertí en mi universo. Amé...

A la madre patria (colaboración)

No muy lejos está la gracia de otrora: épocas de caballeros andantes, vestigios de la ocupación mora, cuando se veían sendos turbantes. Cuando había en España sarracenos caminando al son de sus alfanjes, cimitarras, vestidos de terciopelo y los trovadores cantaban romances. Tiempos de don Quijote y Sancho Panza, de la hermosa Dulcinea y también Rocinante, juglares enaltecíendo sus mentadas hazañas arrastrando yelmos y vistiendo mofarrex. Atrás quedaron las noches de aquelarre, mas no los imaginarios molinos de viento, ahora la visitan millones de extranjeros recorriendo esos senderos inmortales... Herencias de Dalí, Picasso y Cervantes, palacios con sus almenas, catedrales, Toledo, Madrid, Barcelona y Alicante, playas como Ibiza y Tenerife, incomparables. ¡Destruyamos ya las fronteras! seamos todos como hermanos, escuchemos juntos música ligera, toquemos arpa, laúd y piano, Vivamos en paz y armonía, lengua, cultura y pasado, unidos a través de la poesía todo

Su plato preferido

Cuando se lo trajeron, supo que era el que más le gustaba. Que tendría los ingredientes necesarios y un sabor exquisito. Que se le haría agua la boca con solo destaparlo, como los que había probado antes. Sin embargo, esta vez no le supo igual. Las paredes, tal vez, no eran las adecuadas. Tampoco la compañía. Extrañaba la música de piano. Toda su vida había deseado que le sirvieran como a un rey. Y en este preciso instante, se le agasajaba como tal. Los cubiertos, la vajilla, todo era impecable. Pero no se hallaba como debería. No se sentía de ánimo para paladear cada bocado. Cada sorbo de la sopa de champignones le parecía diferente. Los mejillones, el caviar, los palmitos, el camarón… Ni siquiera el champagne que acompañaba su cena le cayó bien. Y el soufflé, era una delicia, pero apenas lo probó. El servicio de catering era de primera. A prueba de todo reproche. Su último deseo, se había cumplido: una cena opípara, pantagruélica. Un epicúreo habría tardado dos horas en hacerle los h

Ídolos con pies de barro

Así nos han educado: caminad cabizbajos, formad una familia, buscad un trabajo. A vivir con lo mínimo, ostentar es innecesario, a mantenernos sumisos la iglesia ha colaborado. Somos corderos blandos es nuestro realismo bastardo, ¡mantengámonos unidos! batalla aún no hemos librado. ¡Libertad o muerte! dijeron mis antepasados, es nuestra maldita suerte, nos tienen el lomo sobado. Soportamos a presidentes ayudados por prelados, poco pan y mucho circo, ídolos con pies de barro... (este poema participó del concurso "Realismo bastardo" de la plataforma Poémame en el año 2019)

Aprendamos juntos (a Leticia)

Aprendamos juntos a disculparnos errores, a encontrarle el punto a la cocina y sus sabores. Aprendamos también juntos a dormir hasta pasada el alba, o disfrutar de la noche en calma con los grillos y su contrapunto. Aprendamos juntos a sonrojarnos cuando no hallemos en el habla una nueva forma de expresarnos o al cubrirnos con las sábanas. Aprendamos juntos a estudiar cada uno del otro la idiosincrasia para disfrutar de una democracia donde no haya que ir a votar. Aprendamos juntos esta sinfonía evitemos ya cometer cacofonías, es más bello llorar y reír juntos que solos, cuando seamos enjutos. Aprendamos juntos a disfrutar de cada día sus penas y alegrías, a vivir siempre en plena sintonía sin siquiera osar refunfuñar. Aprendamos juntos a vivir soportando fracasos y gloria, habrá algún que otro día difícil, dejémoslo(s) que sea(n) historia. Aprendamos juntos...

El cielo será mi testigo (a Leticia)

El cielo será mi único testigo de que te amé desde un principio, cuando yo padecía el invierno y tú disfrutabas del cálido estío. Que nuestros corazones latían al unísono, que tuve aciertos y también desatinos, pero lo que más importó en nuestro idilio fue que te amé y llené cada resquicio. Que transformé mis otrora silencios en tardes amenas y llenas de bullicio, que supe hacer mil y aún más sacrificios y sobre todo, que nada fue subrepticio. Que surqué cielos y también mares, que salvé escollos y salté abismos, que a veces fueron mis sollozos los que expresaron optimismo. Que me gradué magna cum laude en el arte de hacerte feliz a diario, que hice esfuerzos y no hubo fraude, que soporté estoicamente el desafío. Que me levanté cada mañana con bríos que no importara que tu fueras creyente y yo tan solo uno más de los impíos, que siempre fui contigo indulgente como son los padres que adoran a sus hijos; que jugué con cada una de las palabras y sobre todo, q

Mi legado

Fueron esos libros de cuentos que te leí cuando todavía eras una pequeña niña, -nunca jamás supiste leer entre líneas- y los años en que creciste junto a mi. Fueron esos versos que no te escribí, esas canciones que juntos cantamos, los viajes que nunca más realizamos y los años que en silencio por ti sufrí. Fueron las horas de frío y las de calor, cuando te adoré con una gran ilusión, te acompañé con mi maltrecho corazón, te brindé consejo y en que te di mi amor. Fueron esas palabras ahora tan distantes, cuando te llamé y no quisiste hablarme, ese gran cariño que te ofrecí y no aceptaste, que te acompañaría en cada instante. Mi legado no será un hermoso coche, tampoco heredarás una enorme mansión ni una cuenta en el Banco de la Nación, será el beso para dormir, por las noches. El que te daba acostada antes de arroparte, el que esperabas ansiosa cuando yo llegaba, el que te daba cuando los lunes me despedía y el que cuando creciste un poco me negaste. Tal vez no

Sentirme tu dueño (a Leticia)

Pese a que todo esto parecía un sueño cuando despertaba por las mañanas creía encontrarte a mi lado en la cama, los augurios eran más que halagueños. Sentí un gran alivio cuando llegaste aquí, el tiempo que pasaba entre tus brazos o el que dormías plácidamente en mi regazo era como si me hubieran regalado un rubí. Descubrí en mi infinidad de defectos, plasmé en versos toda mi ignorancia, toda mi juventud, también mi infancia, tratando de que me quedaran perfectos. Acuñé para ti varios vocablos nuevos, incluso aparenté ser sabio y culto, no dejé ningún párrafo de mí, oculto y aprendí cada uno de tus secretos. Susurro intermitente desde la lejanía, tu hechizo cual caja de caudales me llenó de riquezas a raudales cuando estaba ya en una nube vacía. Hoy que te contemplo dormida, que surco nuevos mares a tu lado y viajo sin poner ningún reparo, extraigo de la vida tan solo alegría. Y pese a todas las vicisitudes pasadas, ahora que nuestras vidas ya no son sueños,

Haciendo realidad sueños

Y allí estaba, imponente y majestuosa; enclavada en el medio de mi corazón. Hube de subirla peldaño a peldaño. Tardé meses en llegar a ella. Pero lo hice. Muchos me hablaron sobre sus significados, que ya había habido otros antes que yo, que no sería el último, que estaba lejos, etc. Pero ninguno deseó tanto escalar su inmensidad. Recorrerla, mirar desde ella el mundo que me rodeaba, adentrarme en sus secretos. Entonces aprendí que vivir no es solamente ser yo, sino ver el mundo desde otros ángulos. Desde todos los ángulos. Por eso me decidí. Me apoyé en ella, observé cada uno de sus resquicios, leí todo lo que se había escrito al respecto, y al encontrarnos comprendí que yo era solo un grano de arena en el desierto. Que vagaba sin rumbo, pero ella estaba allí, y que nos encontraríamos algún día, aunque fuera luego de medio siglo de nuestras vidas compartidas en paralelo. De esas experiencias que uno sabe que está viviendo, pero no lo nota, hasta que una luz lo

Feliz cumpleaños (a Leticia)

Se aproxima el mes de mayo, pisaremos calles empedradas visitaremos casas abandonadas, festejaremos otro cumpleaños. Pasearemos nuestro idilio: yo, a pesar de ser neófito, escribiré nuevas poesías aunque me alumbre parafina. Pues cuando me adentré en lo más profundo de tu ser lo hice a través de los versos: con palabras rocé tus cabellos, con vocablos besé tus labios, con diéresis, comas e hiatos, con tildes, puntos y apartes, te soñé, hasta llegué a tocarte. Con sentimientos nuevos, contra distancias y reveses, sé que lo haría una y mil veces pese a que a veces reniego. Fui también en casa foráneo, he comido caviar y salmón, vol au vents y camarón, fui miembro del Club de los Corazones Solitarios, escuché música en la radio, hasta dormí en camas con tul, utilicé bronce y aún paladio. Cociné en ollas de aluminio bebí en vasos descartables, me recibí de auxiliar contable y antepuse cordura al delirio, Viví con tan solo lo mínimo, me enojé a veces por