Castillo de arena (a Leticia)
contemplé ocasos y auroras
desde sus ventanas, vi las olas,
que siempre fueron un martirio.
De él hoy solo quedan vestigios,
entre ellos un pez martillo
y un enorme cangrejo seco,
que aún guardo en el altillo.
El pasado es una boa constrictor,
que me atrapa durante el sueño,
y cual ola me levanta del suelo
provocando mareos y delirios.
Recuerdos vagos de eclipses,
veranos, lunas y solsticios;
las tardes que no eran tristes
la gente, el mar y el bullicio.
Cuando jugaba a ser pirata,
corsario, bucanero o vikingo,
buscando estrellas de mar,
disfrutando de los días tibios.
Hoy los días soy muy fríos
cultivo rosas y algunos lirios,
mi pasión son las plantas,
sembré maíz, sorgo y trigo.
Pero lo que más añoro, cariño,
es yacer a tu lado, vencido,
haber soportado temblores,
ciclones y algún cataclismo,
Pues soy rey, señor y un niño,
poeta y loco: río de mi mismo,
no me asusta ningún sismo,
pues haces de mi un mortal,
de todos, el más sencillo...
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