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Mostrando las entradas de enero, 2021

Cuentos y leyendas V (a Leticia)

Necesario es que sepas que hablando contigo me siento como si estuviera al pie del Monte Olimpo Escuchando los "Diálogos" de Platón mismo; u oyendo a Sócrates contarnos sus mitos; Riéndonos juntos -de algún cretino-, es como estar con Parecelso y oírle alabar a Alida y las Nereidas, y también, ¿por qué no? describiendo a sus silfos. Contemplar tu sonrisa me recuerda a Artemisa; besar tus dulces labios es como degustar con Baco -para los griegos Dioniso- el mejor de sus vinos. Oír tus palabras es como si narrara el propio Esopo, sus fábulas y moralejas Y al unísono oír a Herodoto en su trino contarnos de Grecia toda su historia, sin un desatino. Contemplar tus ojos o sentir cómo tu boca exhala un suspiro para mi es como estar en la propia gloria, sin temor al destino...

Cuentos y leyendas IV (a Leticia)

Recuerdo que cuando era joven leía en una revista argentina -escrita por Lucho Olivera-, una serie del rey Gigalmesh, De Uruk, antiguo reino de Sumeria, al cual un visitante marciano quien Utnapistim era llamado, le regaló la inmortalidad, condenándolo así a vagar por eones sin compañía. Su leyenda es bien conocida y hasta que te encontré creía que esa sería también, mi larga agonía. No creo en dioses, no persigo quimeras -como bien te he dicho- solo quiero en esta vida que tú, así me quieras, que me conozcas por dentro aún más que por fuera. No deseo fama ni gloria, tampoco busco riquezas, de ti busco el encanto y el embrujo de tu risa, lo suave de tus labios y rozar tu piel tersa. Que delires con mis versos en cuanto los leas, que llores en mis brazos cuando te aqueje una pena. Que escribas a mi lado cuando acabe la cena, que duermas de costado y camines a mi vera...

Cuentos y leyendas III (a Leticia)

Hoy quiero confesarte que hace mucho tiempo estuve prisionero de otros encantos de otros tormentos: la literatura y la música, - melódica-, en mi vida hacían un hermoso dueto. Y te recomendaría otro libro, una leyenda, no un cuento, de C. Thurston, "El ojo de Horus" también conocido como "El amuleto" Donde pasado y presente unen los sentimientos de dos seres distintos como amantes perfectos con errores manifiestos pero también con aciertos. Y conjugué el verbo amar tan solo en tres tiempos: mi triste pasado sin ti, nuestro presente a lo lejos, y a tu lado, el futuro perfecto Y dejé el corazón abierto a tus palabras, a tus versos a nuestro idilio a lo lejos a visitar Ciudad de México A comprender tu mirada y a divisarte de lejos, A escuchar cuando hablas y entender tus silencios, A contemplar el horizonte, juntos, cuando seamos viejos...

Cuentos y leyendas II (a Leticia)

Como ya te había prometido para el pasaporte saqué número -sin hacer alharaca ni aspaviento- en un día gris, frío y húmedo apenas pasado el mes de julio. Y para ir matando el tiempo del mismo autor, Barjavel, te recomendé otro libro intitulado: "El gran secreto" porque búsquedas penosas como la que allí se narra, y en mi vida, hay pocas. Y puse el futuro en juego para firmar nuestro pacto con el mero eco de nuestros últimos poemas en concierto. Y cabalgué en silencio de tus brazos al encuentro para ahogar nuestros llantos y hacer realidad nuestros versos Para fundir nuestros cuerpos y conocer Ciudad de México. Para reírnos juntos y no ocultarnos defectos para sellar tus labios y cubrirte de besos... Para dejar de escribir y recorrer tus pueblos, tus curvas sinuosas y acariciar tus cabellos, tu alma y tu cuerpo. Sentir el mutuo deseo y avivarlo con fuego´ -en sentido opuesto al que siempre he hecho-, de fuera hacia dentro...

Cuentos y leyendas I (a Leticia)

Nuestro destino ya estaba escrito en "La noche de los tiempos", ese libro de René Barjavel que ahora tú estás leyendo. Un mundo lejano y antiguo como el de tus ancestros, lleno de pasión y odio ruina y sufrimiento. Donde el amor y la guerra se desatan en México, cual hace unos siglos mayas y aztecas sufrieron. No me pidas la luna porque te daré el cielo no me pidas estrellas porque te daré el Universo Cual libros en rima con todos mis versos, cual cuentos y odas para que vayas leyendo, Mientras esperas y ansías que llegue a Ciudad de México, para llenar de caricias y besos todo tu cuerpo Para unir nuestras almas cual Julieta y Romeo cual Elea y Paikán cual Paris y Helena Pues ya ha sucedido que dos almas gemelas cual si fueran las caras de una misma moneda vivieran para siempre unidas -sin importar la distancia- a través de los tiempos...

Contrafarsa

A ti que nervioso te ríes y muestras desprecio por cuanto yo escribo, contumaz celoso y con tono despectivo ardiente y altivo con rimas silvestres y versos esquivos Que pareces doncella buscando marido con tul y las flores de blanco vestido te acepto la apuesta y también desafíos Que escribes poemas que leo y comento mientras como y duermo por ser tan risueños Que buscas el pleito más no das con la tecla por ser una mezcla de Hera y Dioniso Que escribes gracioso con tono morboso con arte rabioso y carente de gozo A ti que te escondes cual niño en la falda de su madre al hallarla lejos de su consorte Que de amigos tienes cohorte pero de enemigos legiones con letras y canciones que riman montones Pero carecen de guiones por ser tan pobres de amor y sabores de belleza y halagos, pero que usas tambores Te ruego me nombres cuando versos compones para que todos sepan por qué te agazapas para arrojar la piedra cual mente ligera sin hilo ni r

Poémame un concierto (a Leticia)

  Hoy desperté contento. Tal vez sea porque de vos a diario siento el aliento; tal vez sea porque es hermoso tu pelo al viento, como en la foto, esa en que lo llevas suelto. Así da gusto vivir: no perseguir la gloria ni padecer un tormento; soñar juntos por las noches, siempre despiertos; contarnos nuestras vidas, como si se tratara de las de Aquiles y Héctor. Porque aprendí que no es fácil vivir cuando todo es incierto, cuando pareces sufrir lo que es sempiterno, cuando de mi corazón el latir va disminuyendo. Porque escuchar por las noches tu voz parece un concierto, de esos que cuando estemos juntos, oiremos a cielo abierto, en Yucatàn la península o en Montevideo, el Cerro... Tal vez en la vida, tan solo me hacía falta encontrar tu consuelo, y que fueras la musa que inspira mis versos, porque amores como el tuyo son los que no se lleva el viento. Porque no es necesario lanzar mil requiebros. Solo hace falta a tus palabras estar atento, y por qué n

Convivencia virtual (a Leticia)

Es cada día al ocaso que me desperezo cuando mis brazos estiro y versos compongo -mientras que el sol deja de verse redondo- y que de tus labios extraño los besos. Es al atardecer que suelo buscarte para lazos ardientes construir, es cuando mi corazón deja de latir y sé que me toca en suerte no tenerte. Es en la madrugada que siento una punzada -que suelo trocar por sueños placenteros-, construimos nuestros lazos imperecederos y tu despedida penetra como una estocada. Es al alba que la almohada vacía me recuerda que la noche es larga y entonces surge una pena amarga y me dice que tú aún no eres mía. Es durante la mañana que te sigo y CDMX en metrobus entera recorro, -cual tu sombra aunque haga frío- causando en mi empleo algún engorro. Es al mediodía en que ambos bromeamos contándonos noticias de Uruguay y México -descubriendo vericuetos de los léxicos- y algún que otro chiste fino cruzamos. Es durante las veinticuatro horas que el tic tac de mi reloj Casio su

A Chingachgook

Cuando tu pelo sueltas y la puerta se cierra comienza la guerra, mientras Clanaad suena. Cuando la penumbra nos circunda y las feromonas nos mandan tu pasión cual volcán mana inundando el lecho conyugal. Es tu batalla preferida y tu sed de amor la mía lidiaría todo el día hasta morir, ¡mi vida! ¡Qué amor más sublime, qué escenas más apasionadas! Es que el amor así se dirime, no con lanzas y espadas! Odios y rencores versus sueños y amores; tumbas y flores versus ¡perfumes y olores! Ven, sacia mi rima sé rosa y no espina, que quiero saber ¡cómo la peli termina!

Unidos en vuelo (a Leticia)

En esta larga y tediosa tarde que ya se vuelve oscura, cuando solo oír tu voz necesito con premura, Es cuando mi corazón el cual late con locura, se parece a un altavoz que te llama con ternura. El paseo soñado ansío, llegar pronto a tu lado -antes de que lo haga el estío-, no escribirte estos versos sino susurrarlos a tu oído. No encontrarte en mis sueños sino soñarlos contigo; no cobijarme en los recuerdos que son permeables al frío. Desafiar tus sentidos para juntos alzar el vuelo, -no encontrarme perdido- y al cielo llegar unidos. Será mi único consuelo al estrechar tu cuerpo y dejar Ciudad de México. Tenlo por cierto, que para mi, algo, algo habrá muerto...

Con el corazón abierto (a Leticia)

Tu ausencia que me abruma cuando llegan los viernes entre las doce y la una, y que como si fuera una ola los domingos se esfuma, dejando en la costa tan solo su espuma... Esta pena que me ahoga este largo y sutil tormento, que de los pies a la cabeza cual pesada y oscura toga, me cubre con presteza y se torna un lamento... Extraño hoy sábado tu compañía, que se ha vuelto un vicio, y hasta nuestra charla, una manía, y que como tal se ha adueñado, de mi mente y de mi cuerpo... Ahogando tu falta en mi pecho, -cuando por las noches no estás en mi lecho- mis heridas tu voz ha cubierto, y en esta soledad sempiterna un impasse he descubierto... Tal vez a otra haya besado, tal vez a otra haya amado tal vez sea porque tus caricias y tu presencia, el destino hasta ahora me ha negado... Necesito estar a tu lado, y quitar de mi alma esta soledad -que me ataca en tu ausencia- y sin misericordia ni piedad, nos aleja cada vez más...

Por quién vivo (a Leticia)

  Ya todos saben aquí en Poémame quién me causa este insano delirio, por eso no creí que fuera necesario que dijera a quién se lo dedico. Sin embargo guardo un sentimiento que es cierto y tan profundo que necesito que sepa todo mundo aunque alguno se estará riendo. Lo mío ha sido un calvario, y componer más que un desafío, sabes que lisonjear no es lo mío, sí susurrar que te extraño, que te quiero, que te amo, como el viento, en tus oídos. Recorrer Ciudad de México juntos disfrutando del día y el paisaje, con toda su historia y mi bagaje, pese a que tengo el tiempo justo. El encanto del Zoológico, -y sobre todo, los tuyos- las idas y venidas, México, y en Poémame, el murmullo. El Museo Frida Kahlo, Papalote Museo del Niño, acariciar tus labios y tu tez mientras descansa tu hombro, en el metrobus, junto al mío. ¡Volveré a tus brazos, Letei! -el apócope consabido- en cuanto acabe el frío, a descansar en tu seno y a quedarme dormido...

Prométeme y El número perfecto (a Leticia)

Prométeme que si en algún momento encuentras amor así de grande, no le dejarás de hablar por temor a enamorarte... Prométeme que si algún día alguien te ama así, como yo te amé, te casarás con él y harás fiesta. Prométeme que cuando estos versos leas no llorarás, pues como tú me has dicho si mal no recuerdo, eres "de una pieza". Sabes que en la antiguedad 7 era el número perfecto, siete eran las maravillas, siete eran los cielos... Siete los pecados capitales, Siete los días de la semana, Siete son los poemas que en Poémame para tì he puesto... Siete las estrofas que tienen juntos estos dos poemas -Prométeme y El número perfecto- Siete los días que has callado, siete el número de veces que he llorado. No me gusta el tema de Camel "Long Goodbyes", y cuando esté deshecho, tú tendrás, al igual que en Hotel California, seguro, la que será tu mejor "alibi"...

Te amé por eso (a Leticia)

Porque no todo es blanco y negro; porque no todo puede ser dicho en versos; porque a veces tu ausencia me provoca un frío que me cala hasta los huesos. Porque cuando decidiste hacerlo supiste guardar silencio; porque me diste lo más preciado en este mundo que aunque no lo sepas, es tu tiempo. Porque la distancia no es más que un cuento de esos que por las noches a ancianos y niños se lee para provocar su sueño. Porque de tu boca quiero sentir hoy mismo el aliento, Porque si esto no rima bien es porque me levanté con mi pie izquierdo. Porque cuando llegue a México quiero que me esperes con los brazos abiertos. Porque cuando no te conocía mi vida parecía un desierto. Porque cuando no estás a mi lado desearía yo estar muerto. Por todo eso, es que en mi bio he puesto, que “me despido del silencio, que me ahogó durante tanto tiempo”, pero ya no que “grito mi dolor a los cuatro vientos”, sino que “para mi tú eres el Universo...”

Desnudé mi alma (a Leticia)

Hoy en Montevideo amaneció lloviendo tal vez sean mis lágrimas fluyendo. Si es así, te digo que no lo siento porque necesito a alguien como tú que conozca todos mis defectos. Hoy más que nunca añoro Ciudad de México, su cielo nublado, el bosque de Chapultepec, tus palabras, tu calma y tu sosiego, tus caricias, tus abrazos y tus besos... Desde que te conocí en Poémame, -yo que antes era un escuerzo- me he convertido en príncipe, y desnudé mi alma en unos versos. Es que tu sola presencia virtual mientras de pena me retuerzo, hace que navegue hacia la dicha como verás, casi sin esfuerzo, Tal vez ya lo sepas: para hablar, debatir y zaherir, no soy lerdo; pero para besar, acariciar, amar, y oir tu corazón palpitar, soy lento. Hoy me hablaron de ti los pájaros, las flores, la lluvia y el viento; también lo hicieron tus encantos, los árboles, sus hojas y tu silencio...

Todo lo que es ya fue (a Leticia)

Ahora que nos encontramos frente a frente y nos miramos, ahora que vivimos lo soñado y uno a otro abrazamos. Ahora que la distancia y el tiempo ya para nosotros no existen Ahora que las palabras sobran y nuestros sueños toman forma. Ahora que nuestras culturas no nos envuelven cual sudario; ahora que ya no elucubras lo que escribirme a diario. Ahora que todo lo dicho cabe en un pendrive chico, que nos tenemos uno al otro y que podemos vernos los rostros. Ahora que no nos separa el léxico y que nuestros labios rozamos ahora que nos rodea México y que de verdad nos amamos. Ahora que cual golondrinas volamos -con destino incierto, a lo ignoto, sin distancias, ni corazones rotos- y juntos el vuelo remontamos. Ahora que como Elea y Paikán sin importarnos el que dirán visitamos juntos Tenochtitlán y en complacernos ponemos afán ¡Qué me importa lo que dejé atrás si junto a mi ahora tú estás!

Acaricié el cielo (a Leticia)

Dicen que ha causado este romance en todas las redes gran revuelo y sobre todo en el sitio Poémame es motivo de muchísimo cotilleo. Hay quienes dicen que lo nuestro parece tema para la Revista porque es amor a primera vista; otros, que he mordido el anzuelo. Mis amigos y familia me han acompañado hasta el Aeropuerto Internacional de Carrasco algunos decían que lo nuestro era puro fiasco que me verían volver, triste y apaleado. Aquí estoy en pleno vuelo, pasando por Varadero luego de sobrevolar Río, Caracas y la Amazonia deseando llegar a verte y sentir la gloria. Espero en el Triángulo de las Bermudas no desaparecer, como el Inca, ¡correr con tan mala suerte! ¿y por qué voy a negarlo? Tocar muy pronto el suelo. Las penas y angustias atrás he dejado, las manías, y de subir al avión, los miedos, deseando llegar a México, rozar tus cabellos como lo hicieran otrora nuestros ancestros. Cuando por Machu Picchu deambulaban tocando con las manos nuestros cielos y po

Despedí tu sombra (a Leticia)

Dicen los ancianos en mi pueblo que ni en tu sombra debes confiar cuando estás en el cementerio y en el antiguo arte de amar. Sin embargo yo de ellos dudé y recibí un infame castigo el cual tengo bien merecido pues con toda mi alma te amé. En tus gruesos labios encontré El Dorado y la tierra prometida te hice mi primer querida y reinamos sobre Chapultepec. Sobre las gotas del rocío descalzos ambos corríamos e inertes sobre el pasto tras amarnos languidecíamos. En tus pupilas reflejabas la angustia y el tormento los dolores y el lamento de una raza indígena aniquilada. En tu pelo y en tu piel los rayos del sol anidaban como lo hacían en Tenochtitlán antes de la llegada de Cortés. Tus ojos como los del zacatuche -también conocido como teporingo- me hacían permanecer en el limbo y al tacto parecías un peluche. En tu poesía mexicalense resumías toda la pasión y el encanto -cuando versos para mi componías- que suelen ser la causa del llanto, de las largas h

Bienvenida

Este blog de poesías es una forma de dejar nuestro amor plasmado en forma indeleble en el tiempo, para las generaciones venideras. Algunas fueron publicadas en el portal Poemame.com, versión original del año 2016, pero ya no existe dicha plataforma. Gracias por vuestra lectura y esperamos sea de vuestro agrado. Leticia y Víctor Mello. Ciudad de México.