Juez, jurado y verdugo (colaboración)

Cuando mis errores no vea
o me mantenga en mis trece;
cuando diga "no" y "no"
o creas que mi amor fenece;

Cuando de ti necesite
que otra vez me perdones
y sean tal vez más aún
que setenta veces siete;

Cuando digas "ya basta"
de soportar reveces,
o cuando tu amor creas
que yo ya no merezca;

Si llegares a pensar
que lo nuestro acaba,
o se pueda borrar todo
con tan solo un plumazo,

O que tal vez yo no me moriría
si no estuviera en tus brazos;
que volvería a estar solo
o que soportaría un fracaso.

Recuerda que deberás apretar
bien fuerte el cruel lazo
y atar mucho mejor aún
el insoportable nudo;

Pues entonces, vida mía,
siguiendo esa línea,
serás tú sola a la vez
juez, jurado y verdugo...

Cuando eso suceda,
entonces a mi boca
escucharás
un sonido emitir...
uno que suene
a silencio...

Pero si acaso,
quieres hacerme
hablar, te diré amor,
sin ánimos de caer
en una acalorada discusión,
que mires fíjamente
a mis ojos...

Y si tal vez descubres
en ellos una llama de fuego,
no pienses amor, que es un
juicio contra ti...

Pues en pecado,
me he declarado yo
ser la primera,
y no arrojaré
la dichosa piedra...

Entonces esa llama de fuego,
no es más que el montón de defectos
de los cuales tú te haces acreedor
y que los he extinguido yo...

Dicho de otra forma:
tus defectos,
no existen en mi memoria,
pues es más grande
el amor a tus virtudes y hallo
más placer en ellos,

Que en el querer
el tiempo valioso perder
en señalar tus defectos,
los mismos que al doble
seguro tengo yo...

Lejos amor, de osar
apretar el lazo
y hacer un mejor nudo,
lo que haré será
envolverte en mis brazos,
calmar tu dolor y cubrirte
con el bálsamo del perdón,
para así demostrarte
cuán grande es mi amor.

Juez, Jurado y verdugo,
en esta historia
tan grande de amor
no tienen un lugar que ocupar.
Que se vayan donde sus
funciones sí tengan valor...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La muerte para mi (a Leticia)

Ando por la vida (a Leticia)

El reloj