Reminiscencias (a Leticia)

Recuerdo aquellas noches
estando tus labios lejos
y para matar el tiempo
miraba la luna y su reflejo.

Contemplaba el lento reloj:
sus manecillas demoraban
en señalar la hora indicada,
y yo deseoso de oír tu voz.

Ansiando ser tu dueño,
como un polizón estaba
viviendo en Montevideo,
mirándote en lontananza...

Marinero de agua dulce
siempre en mi vida fui
hasta que te conocí
y me saliste al cruce.

En otros mares navegaba
practicando cabotaje;
sin embargo tras el viaje
en tu seno puse anclaje.

A ultramar me dirigí
tan solo con mi bajel,
siendo yo el timonel
y tu gran amor escogí.

Correspondido me sentí,
a Ciudad de México viajé,
en tu ternura naufragué
y por eso hoy estoy así:

Feliz de llegar a buen puerto,
contento por el desenlace,
de haber hecho el viaje
y que todo esto sea cierto...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La muerte para mi (a Leticia)

Ando por la vida (a Leticia)

El reloj