La venganza (parte IV)

Su madre cuando piensa en él
siente que se le eriza la piel
y al igual que recuerda al padre
sabe que para ella ya es tarde.

Sabido es que el licántropo
transmite a su séptimo hijo
la condición inhumana
y toda su lucha es vana.

Él, no pudo menos que lamentar
la herencia que le tocó en suerte,
y estando de un precipicio al borde,
de un salto encontró la muerte.

No sin antes a su madre expresar
que su vida había sido muy corta
y todo cuando había pedido
era haber sido comprendido.

Que si en su forma de actuar
había habido algo anormal.
suya no había sido la culpa
sino del lado visible de la luna,

El cual lo atraía sin ninguna duda
y escapatoria no había alguna,
su sino lo perseguía desde la cuna
y aunque humano, su alma era lobuna.

Culmina así esta historia infernal
con un retorcido y oscuro final,
una saga para leer de noche en un ático
y alimentar leyendas de licántropos...

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