Como alma en pena VI (a Leticia)

Tu amor me había hecho un lunático:
sin tus besos, por las noches sentí pánico,
me encerraba al anochecer en un ático
y sin tus caricias me volví un maniático.

Las uñas te afilabas como un bisturí,
tus palabras me atravesaban cual puñal
y yo por ti aullaba en cada eclipse lunar
mientras tus labios pintabas de carmín.

Delirante, completamente orate,
sufrí por tu amor casi un lustro,
boyé dentro del insano claustro,
como si no tuviera ningún amarre.

Pese a tu desamor recuperé mi cordura,
prorrumpí por las noches en llanto
invoqué a Dios y todos los santos,
y cambié completamente de postura.

Deseé escapar de tus besos y dulzura,
soporté mil y un veces los contratiempos,
recordé cada uno de mis desaciertos
y volví a correr libre por las llanuras.

Intenté en vano completamente olvidarte,
cometí en algún momento otro dislate,
sentí el deseo de volver a buscarte,
pero supe que no podría encontrarte.

Añoré entonces nuestros años de bonanza,
antes de abandonarme a la infame locura,
aparté tu libro preferido, el de P. Neruda,
y meditabundo, fijé la mirada en lontananza...

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