Como alma en pena V (a Leticia)
Cuando al fin cae la noche
y estando ya en penumbras,
cuando solo la luna alumbra
es que me doy cuenta de que
a lo bueno uno se acostumbra.
y estando ya en penumbras,
cuando solo la luna alumbra
es que me doy cuenta de que
a lo bueno uno se acostumbra.
Es que tu falta provocaba
que de la comisura de mis labios
salieran sendos espumarajos
mientras atado yo estaba.
¡Claro que todo de ti me atrajo!
Quedé preso de tu hermosura,
la que sustrajo mi cordura,
cayendo hasta lo más bajo.
Por ti habría hecho todo,
y jamás me arrepentiría
ya que de haber sido tú mía,
no me habría atrapado el lodo.
Con la mismísima muerte
-ahora es cuando yo me jacto-,
había hecho un solemne pacto:
aposté con ella, muy, muy fuerte.
Jamás moriría. Solo un letargo,
me sumió dentro del manicomio,
mi cuerpo parecía ya un fardo,
y desperté hecho un demonio.
Y aunque ahora parezca mentira,
y todo esto una sarta de diatribas,
prometí y juré que de ti escaparía,
aunque para siempre solo estaría...
Comentarios
Publicar un comentario