Como alma en pena IV (a Leticia)

En este recinto, una noche fría,
buscaba calor, sin tu compañía,
pensando seriamente despedirme
de este mundo, yo, un vagabundo.

La vida quitarme en un instante
tal vez de una gruesa piola colgar
o debajo de un camión terminar
con esta pena, tan agobiante…

Sin embargo, al recordar tu tez,
esa, que me produjo tal embriaguez
que me gustó para buscar cobijo
y sentirme de ti preso, como un hijo.

Recordando tus tiernas caricias,
esas que recorrían mi piel, sin prisa,
de manera que me hacías sentir
como si fuera el summun del existir.

Entonces de manera inmediata,
de mi gran desilusión reaccioné
por todos los rincones te busqué,
y supe que fuiste muy ingrata.

Que aunque yo te amara sin fin
y para ti fuera como un querubín
tu propósito hacia mi fue muy ruin
pues tu cariño no era tal, eras vil.

Aunque fueras muy, pero muy sutil,
por ti mi triste corazón dejó de latir
y en un abrir y cerrar de ojos
quedé inánime, totalmente flojo.

Colgando de un grueso madero
pues caló mi pecho un agujero
que hiciste con tu perversidad,
tu maldad, y tu gran frialdad…

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La muerte para mi (a Leticia)

Ando por la vida (a Leticia)

El reloj